Monday, April 03, 2006

Electrodomésticos para Habitar (or the Sputnik way-of-living)


texto publicado en Spam_arq Vol. 1 Revista de Critica Arquitectonica, Santiago-Chile. http://www.spam-arq.cl

Objects of everyday life involved more radical transformations of space than the most extreme architectural proposals. Indeed, the most radical architects were those who were able to understand and respond to these cultural and technological shifts.

Beatriz Colomina, Cold War Hothouses[1]

Los constantes avances en la tecnología llevan a preguntar que ha estado ocurriendo entre estos y el lugar habitado. Al parecer, la casa ha resistido inmune a los cambios, afirmándose en una postura casi conservadora frente a las formas de habitar que la sociedad, y los diversos grupos que la constituyen, están generando actualmente. La habitación, como lugar, siempre ha estado sometida a nuevas y revisitadas formas de ser aprehendida. Uno de los lugares de especulación no ha sido proveído directamente por la práctica arquitectónica sino por el desarrollo de los electrodomésticos. Artefactos destinados a asegurar una forma de vida liberada de las cotidianas tareas asociadas al simple hecho de habitar, pero que han influenciado claramente la forma de entender la naturaleza del habitar contemporáneo.

El desarrollo tecnológico se ha usado desde antes del inicio del Movimiento Moderno como discurso, argumento de acción y cambio para sobrepasar la practica arquitectónica mas establecida. Charles-Edouard Jeanneret declaró en 1923 (…) debemos mirar a la casa como una maquina para vivir o como una herramienta (…)[2] a manera de anuncio para introducir una revisión de la forma arquitectónica. Desde el Pavilion de L’Esprit Noveau en la Exposition Internationale des Artes Decoratifs et Industriel Modernes de Paris, este examen, amparado en la idealización de la maquina y en los productos de la industrialización, impulso una “casa” definida por formas y elementos técnicos que apelaban a una forma “eficiente” de habitar, apoyada en las innovaciones mecánicas emergentes.

De manera mas dramática, el revisionismo a que fue sometida la practica arquitectónica de post-guerra, en especial a finales de la década del 50, por arquitectos como Alison y Peter Smithson, que entendiendo las tecnologías provenientes de la industria bélica reconvertida, fueron capaces de producir la House of the Future (HOF) [3]. Un modelo a escala real de un hábitat para un futuro hipotético, construido para la Jubilee Ideal Home Exhibition del periódico londinense Daily Mail en 1957. Esta proponía una integración total entre casa y artefactos de uso domestico, delineando una forma de vivienda que buscaba ser un completo aparato de vida para sus usuarios. La HOF incluía toda posibilidad tecnológica disponible a finales de los cincuenta, postulando ser más un envoltorio técnico que una casa bajo alguna carga tipológica o simbólica. Beatriz Colomina en su ensayo “Unbreathed Air”[4] sostiene que los arquitectos consideraban este proyecto como heredero de la tradición del siglo XX establecida por Le Corbusier y el Pabellón L’ Esprit Noveau, insertandolo como parte de una tradición que avanzaban por el mismo camino. El proyecto enfrentaba los cambios que maquinas domesticas, el consumismo emergente y una futura tecnología proponian, tal como había hecho el Pabellón de Le Corbusier, con respecto del uso de productos y tecnologías que pronto estarían disponibles para el consumo domestico; pero dejándose influenciar por la estética devenida del surgimiento de nuevos materiales tecnologías en su construcción formal.

Para los Smithson, esta casa-prototipo que se aproximaba más en su proceso de diseño a un automóvil, proponía la completa integración de los electrodomésticos en la estructura, convirtiéndola en un objeto mas dentro de la línea de consumo domestico. Un objeto para “usar y tirar” una vez que cumpliera su ciclo útil, donde la idea misma de casa se volvía transitoria y desechable, a la manera de una maquina sobrepasada por tecnologías mas recientes. Casi al mismo tiempo, The Monsanto House of the Future (M.H.O.F.) diseñada entre Monsanto Industries (U.S.A) y The Massachussets Institute of Technology en 1957, para desarrollar y probar el plástico como material estructural[5] y su uso en la arquitectura doméstica (y asegurar un mercado a los productos de la compañía) promovía la idea de casa como un artefacto que podía ser instalado, usado, y controlado -mediante un panel central computarizado- por sus habitantes, según sean sus cambiantes necesidades. Ambos proyectos apuntaban a formas de habitar, que si bien no se alejaban radicalmente de las ideas preexistentes, su aproximación al espacio domestico estaba fuertemente marcada por la inclusión a nivel formal, programático y material de la influencia de los artefactos electrodomésticos.


La forma de habitar y su relación con estos aparatos continúo su desarrollo, tanto por su producción masiva, su uso cada vez más frecuente y por su influencia directa en el discurso arquitectónico imperante. Estas transformaciones, en muchos casos como utopías arquitectónicas, fueron exploradas intensamente por la escena de los sesenta. Grupos como Archigram[6] (UK), Coop Himmelblau y Haus-Rucker-Co (Austria), Utopie (France), y otros, apoyados en un optimismo desmedido en la tecnología y sus posibles aplicaciones, propusieron una serie de proyectos donde el desarrollo tecnológico, puesto al servicio doméstico, lograba producir nuevas formas para habitar. Incluso se propuso entender a la casa como un artefacto electromecánico por si mismo, capaz de generar sus propio medio ambiente.

Estas posibilidades fueron exploradas con entusiasmo por Archigram que obsesionados con la posibilidad de una arquitectura “ready-made” e influenciados por la tecnología y la sensibilidad Pop, continuaron con las indagaciones anunciadas por los Smithson en la HOF[7]. A través de la publicación Archigram (una combinación de las palabras Architecture Telegram o Architectural Telegram), el grupo promovió cambios culturales y sociales, creando proyectos que usaban la más reciente tecnología y la cultura del consumo como fundamento. Sus propuestas respondían a lo que el grupo percibía como la incongruencia entre una tradicional y estática arquitectura y la naturaleza dinámica de la vida moderna. Estas eran una amalgama de esquemas fantásticos que usaban “tiempo, intercambio y metamorfosis”como premisas y donde “consumo, estilo de vida y transitoriedad” se transformaban en respuestas arquitectónicas formales. Archigram postuló una aproximación mucho más dramática a las ideas de transitoriedad esbozadas por los Smithson, llevando a cabo proyectos desde cápsulas hasta ciudades “plug-and-play”, bajo los conceptos de mecanización y mutabilidad.

Dentro de esta aproximación, la ciudad debía consistir primariamente de eventos y experiencias más que de edificios. Un medio tecnológicamente regulado que reemplazara la arquitectura convencional y donde estos últimos podrían ser entendidos como maquinas para habitar. Proyectos como Bathmatic[8] (1966) y Gasket Homes de Warren Chalk y Ron Herron respectivamente, buscaron resolver la habitación como una entidad auto-suficente y movible, pensándola como un híbrido nacido del cruce de formas arquitectónicas y electrodomésticos. Otro de sus miembros, Michael Webb, propuso y desarrollo The Cushicle (air CUSHion vehiCLE) (1966) que explícitamente interconectaba arquitectura, vestimenta, artefactos tecnológicos y transporte (…) el Cushicle, es una invención que permite a un hombre llevar un completo ambiente domestico en su espalda (…)[9]. Una unidad hecha de plástico y metal que servia de habitación unipersonal, satisfaciendo las necesidades de refugio y comida, como también de televisión y radio. Todo convenientemente instalado en una estructura auto-transportable. En suma, una Machine a Habiter que reunía todas las amenidades de la casa, subvirtiendo su forma tradicional al combinar tecnologías pneumáticas y vehiculares y proponiendo un programa arquitectónico mutable y móvil.

Según Reyner Banham, eficiencia, economía y movilidad en arquitectura están en directa relación con la tecnología y el uso de nuevos materiales, pues permite su transformación manteniendo su funcionalidad. El autor, en el articulo “A Home is not a House”[10], ve a la casa convirtiéndose en un conjunto de electrodomésticos, (…) una anti-casa, donde la funcionalidad absoluta elimina toda necesidad de relleno simbólico (…)[11]. Argumentando que la casa se ha convertido en un objeto definido tanto por los elementos electro-mecánicos como por los servicios asociados a ella, el crítico británico proponía que se debía seguir por el camino iniciado por R. Buckmister Fuller y sus investigaciones, de las cuales Archigram reconocía directa influencia, y el Cushicle de Webb llevaba a sus extremos. Operando directamente con la lógica de una maquina que asemejaba mas a los objetos para ahorrar y facilitar el trabajo doméstico, la casa pasaba a ser un mero artefacto más y se liberaba de su pudoroso envoltorio estilístico.

En la decada de los 70, proyectos como Total Furnishing Unit, (1971) de Joe Colombo[12] o Container furniture (1972) de Ettore Sottsass, exploraron la idea de casa como elementos altamente tecnificados capaces de proveer de todo lo necesario para sostener la vida doméstica. Estas propuestas eliminaban (…) soportes fijos -tubos y servicios asociados- y entregaban su viabilidad operativa a la tecnología de avanzada supuestamente disponible (…)[13]. En las propuestas de ambos autores, la casa no es entendida como un sistema de espacios amoblados, sino como un espacio abierto y neutral en donde todas las funciones asociadas al vivir pueden ser reordenadas infinitamente[14]. Otras líneas de desarrollo, como el Capsule Tower (Tokio, 1972)[15] de Kisho Kurokawa retomaron algunos de los elementos propuestos por Archigram. Así los dormitorios de este hotel son cápsulas que pueden ser “enchufadas” a un cuerpo principal, asemejándose más a maquinas de funciones específicas que a clásicas habitaciones, haciendo claro eco de las modificaciones sufridas debido a la transferencia de tecnología a la esfera doméstica.

Todas estas propuestas, de una u otra manera, han partido desde la revisión de la forma arquitectónica, con la intención de proponer una nueva lectura de ella y de operar desde su capacidad de reflejar los cambios sistémicos a las formas de habitar. Una de las constantes ha sido el discurso asociado al desarrollo tecnológico, que ha actuado como argumento estructural para estos cambios. Asociado a este desarrollo tecnológico pareciera que se ha producido una cierta “disolución” de algunos de los elementos constitutivos del lugar habitado. Recintos, electrodomésticos y muebles se confunden en una sola unidad, sin las divisiones (y clasificaciones) de la casa de planta tradicional, buscando expresar concientemente nuevas aproximaciones al habitar. Así, dentro del desarrollo del discurso tecnológico-arquitectónico, seria posible discernir grados de intervención a diversos niveles y escalas; reconociendo cambios producidos por nuevos materiales de construcción, en nuevos criterios estructurales y programáticos, etc., pero también siendo posible establecer su intervención a partir de los objetos de uso cotidiano en el ámbito doméstico. El desarrollo de estos objetos –o artefactos electromecánicos- es clave, y no debe ser desconocida, para entender las transformaciones sufridas por la forma del ámbito doméstico y los discursos asociados a este desde finales de siglo XIX en adelante, desde que se empezó a disponer de una fuerza energética estable -la electricidad- como parte de los estándares de la habitacion humana.



[1] COLOMINA, Beatriz; BRENNAN, Annemarie; KIM, Jeannie (Ed). Cold War Hothouses. Inventing Postwar Culture, from Cockpit to playboy. Princeton University Press, New York, 2004.

[2] Le Corbuiser. Towards a New Architecture. Reprint, New York, 1986, p. 240 (traducción libre del autor).

[3] Para una compresiva revision del tema, Cfr: HEUVEL, Dirk van den (Ed.) Alison and Peter Smithson: from the House of the Future to a house of today. 010 Publishers, Rótterdam, 2004

[4] COLOMINA, Beatriz. “Unbreathed Air 1956” in HUEVEL, Dirk van den. Op. Cit. 2004

[5] Cfr: PHILLIPS, Stephen. “Plastic”, in COLOMINA, Beatriz. Op. Cit. 2004, pp. 91-123

[6]Originalmente, Archigram solo era el nombre de la publicación fundada por Peter Cook, David Greene y Michael Webb (quienes invitaron a Ron Herron, Warren Chlak y Dennis Crompton a unirse a ella), hasta que el critico Reyner Banham empezó a referirse a los arquitectos colaboradores en ella como el Grupo Archigram. Cfr: COOK, Peter et al., A Guide to Archigram 1961-1974, Academy Editions, London 1994, pp.6-10.

[7] Colomina hace ver la critica que Reyner Banham hizo a A&P Smithson por no continuar ellos mismos por la senda tecnología-cultura pop, anunciada por su proyecto HOF. Cfr: COLOMINA, Beatriz. in HUEVEL, Dirk van den. Op. Cit. 2004

[8] En particular, este proyecto pareciera una especie de electrodoméstico para bañarse, que curiosamente aparece representada como ‘the pleasure killing machine’ en el film Barbarella (1967) de Roger Vadim. En este sentido es interesante la conexión entre la película y las ideas de Archigram, las cuales fueron exploradas en el articulo “Triumph of Software” de Reyner Banham. Cfr: JENKS, Charles A (Ed.). Reyner Banham, Design by Choice. Academy Editions, London, 1981 pp. 133-136

[9] COOK, Peter (Ed.) Archigram, Studio Vista, London 1974. Citado en HOME, Marko & Taanila, Mika. Futuro,Tomorrow's House from Yesterday. Desura Oy Ltd. Helsinsky. 2002, Second Printing 2003 (traducción libre del autor)

[10] Art for America (April 1965).Ver: JENKS, Charles A (Ed.) Op. Cit. 1981

[11] JENKS, Charles A (Ed.). Op. Cit. 1981 (traducción libre del autor)

[12] El trabajo de Joe Colombo traduce el espiritu y la mirada de su tiempo en soluciones constructivas y funcionales. Para su propia casa, una verdadera “machine a habiter” de 1970, creo una unidad flexible y funcional que ser adaptaba a sus necesidades personales, y donde pareciera que la distinción entre habitaciones y muebles ha desaparecido.

Cfr: SCHWARTZ_CLAUS, Mathias. “A Motion Study of Modern Furniture” in SCHWARTZ, Mathias; von VEGESACK, Alexander (Ed.). Living in Motion. Design in architecture for flexible dwelling. Catalogue for the exhibition at the Vitra Design Museum. Vitra Design Museum Stuftung gGmbH, Wiel am Rhein, 2002.

[13] GILI GALFETTI, Gustau. Pisos Piloto - Model Apartments. Editorial Gustavo Gili, S.A. Barcelona, 1997, p. 84

[14] SCHWARTZ_CLAUS, Mathias. Op. Cit. Wiel am Rhein, 2002, p. 126

[15] El proyecto Nakagin Capsule Tower consiste en cápsulas independientes que contienen todo las facilidades para la vida diaria (cama, escritorio, lavaplatos, baño, etc.)unidas a una estructura principal. Estas cápsulas están pensadas como electrodomésticos para el soporte de las actividades humanas y al mismo tiempo ser la expresión del individuo en una sociedad altamente desarrollada en términos tecnológicos.

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